Las respuestas perfectas no siempre existen.

- ¿Ari?... - Pregunto con el miedo de que no me escuches y de haber gastado tu nombre una vez más en vano
- ¿Si? - me preguntas con esa voz tan tierna, que adoro y que pareciese que me acogerá siempre.
- Nada, que Te quiero - Te susurro, con una sonrisa a medias que no ves y con la idea de que soy una cobarde de lo peor. En realidad quiero preguntarte muchas cosas o decirte algo completamente diferente, pero o sé que estás ocupado o me dices que no tienes ganas de preguntas o las olvido después de escucharte o simplemente me da miedo...
- Yo también te quiero - A veces me susurras o a veces no, después sigues en lo tuyo.

 Y yo me muerdo los labios, pensando que hacer para romper el silencio que me molesta o simplemente busco algo en qué ocuparme.


Sabes, amo cuando me dices así...¿sí?, como esperando todo...y es cuando me asusto de no decir lo que quieres que diga... Y a veces solo te llamo para escucharlo, y a veces tu estás cansado y solo dices -¿qué? y..nada..me rio por tonta o solo cierro los ojos y continuo en mi mente lo que leíste arriba, y al rato lo vuelvo a intentar, hasta que a veces creo que estás por enojarte y me quedo en silencio contando los minutos para volver a empezar...o simplemente sigo completando la conversación en mi mente.

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