Lacra fosforecente.

Todos los días cuando me levantaba chequeaba que no tuviera mensajes en el mail, ni en el celular, ni en Factbook, ni en msn, ni en el correo de voz, ni en el buzón postal (nunca perdí las esperanzas de que algún hombre, ¿Por qué no él?, me mandara una carta en serio). A decir verdad, la vida es loca. Hay tantos medios para comunicarse que uno termina perdido. Y si te olvidaste de chequear una de
esas cosas, una sola, seguramente ahí está el mensaje importante del día.



En general no tenía ningún mensaje suyo, ni aceptaba, al principio, mis invitaciones a dormir. Lo único que quería era tomar helado conmigo de vez en cuando sin avanzar, sin intentar nada más. Después pasó a tomar helado conmigo tres veces por semana. Después desapareció.

Cuando digo desapareció es literal. No venía a casa, no mandaba mensajes de texto, no lo veía en ningún lado, mi teléfono no sonaba, no había emails nuevos en mi casilla de correo. Desapareció y se notaba.


Lacra fosforecente (Chubasco)- Cielo Latini.

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