Sofía se escribe con S VII

Silencio.
¡Silencio!, ¡cállense! ¡No! No lo digas, por favor” Sofía lloraba. “Shhhh, no por favor” ¿A quién suplicaría de esa forma? Sofía se levantó como pudo, gateó con las pocas fuerzas que le quedaban hacia el otro extremo de su cama, se sentó apoyándose en el cabezal de la cama, abrazando sus piernas, llorando. “¡Cállate!, ¡déjame tranquila!... Déjenme… ¡Sí! ¡Déjenme… sola!”Sus manos ensangrentadas cubrieron sus oídos… ¿crisis?
Las personas no entienden, nunca han entendido, nunca lo harán. Son todas iguales. Recordaba aquella conversación, siempre había sido curiosa y eso le había causado tantos problemas, que después terminaba arrepintiéndose. "–Selene, es que no lo veo justo. No creo merecer ser lo más importante para ella. Ella no lo es para mí, me importa y mucho, pero no es lo más importante. Además, ella me da más atención de la que yo a ella. –Sebastián, pero acaso no te gusta, no te sienta bien el que te considere así… Sabes cómo es Sofía” Nunca se había arrepentido tanto, maldecía su curiosidad y el haber escuchado una conversación por teléfono que no le pertenecía. Selene, era amiga de ambos y conocía un poco de los dos… Siempre se preguntó por qué él prefería hablarle a Selene que a ella misma, que se supone que era su mejor amiga… “-No es un intercambio justo, lo entiendes Selene?” Ese día no quería seguir escuchando pero lo había hecho y ya no pudo colgar. Sofía se recostó de nuevo en el mismo lugar que antes: boca arriba, llorando, delirando, recordando “¡no es cierto!, ¡no lo es! ¡Todo está bien!”. Aquellos recuerdos, aquellas palabras… “-No es que no me importe, como ya lo dije no es un intercambio justo, me importa demasiado pero no tanto como yo le importo a ella o al menos como lo hace notar. Debería darle ese tiempo y espacio de su vida y mente a otra persona…Ahora más que nunca que no estoy con ella. Alguien que no la dañe y que le diga cada dos por tres cuanto la quiere, cuanto le importa y lo que significa para esa persona. Yo no lo hago, no nace de mi decir lo que siento, expresar mis emociones…no soy así…más bien soy…reservado, serio, callado, pienso sin decir lo que pasa por mi mente. Todo me lo guardo, ya no confío en nadie del todo. No sé por qué te estoy diciendo todo esto Selene –Está bien Sebas, sabes que no diré nada. –Tan sólo dile que la aprecio, que eso nunca lo dude… ¿sí?”

Sofía vivía en un vecindario tranquilo y silencioso, demasiado diría yo. “Shhhh” Nadie tiene idea del poder de nuestra mente, de las cosas en las que pensamos, imaginamos, aquellos momentos que recordamos en silencio. ¿Cuánto de cerca está nuestro propio mundo, del real? Sofía llora y sus pupilas dilatas denotaban una real crisis nerviosa. “¡Muérete ya! Por favor… ¡quiero morirme!.. Quiero dejar de sangrar, duele… quiero dejar de respirar, es inútil. Quiero estar sola… Necesito dormir.” Cerró los ojos. “Por favor.” Suplicaba. “¡Ya! ¡Silencio!”.

AnnBere. Con la tecnología de Blogger.